Construir es cuidar

Además de realizar obras y restauraciones, llevo años impartiendo talleres formativos en bioconstrucción. Creo firmemente en la transmisión del conocimiento como forma de transformación social, y en el poder de tocar la materia con las manos para comprender el mundo de otra manera.



Trabajo desde las Islas Canarias, donde el paisaje, la memoria del lugar y el cuidado del entorno natural guían cada una de mis decisiones. Porque construir es también una forma de cuidar.

Un oficio con alma

Me formé en Bellas Artes y especialicé mi camino en los revestimientos naturales aplicados a la arquitectura. A lo largo de los años, me he nutrido de la tradición constructiva de distintas culturas, formándome en técnicas como el Tadelakt y el uso de morteros de cal y tierra cruda, con certificaciones profesionales y una profunda experiencia de obra real en Marruecos, Turquía, Canarias y la península.



Mi trabajo nace de una convicción clara: la arquitectura debe estar al servicio de la vida, del entorno y de las personas. Por eso, apuesto por una construcción resiliente, local y consciente, que recupere saberes antiguos para dar respuesta a los desafíos contemporáneos.